Muñequita de mantequilla
Pasaba la medianoche
cuando agarrada a esa ventana
de sueños de niña divertida,
miraba la luna fría bostezando, bostezando...
Sus manos de muñequita
tan dulces como frágiles,
tocaban el aire espeso que tanto respiraba,
su boca de madrugadas o quizá también de aire
simulaba una sonrisa imaginándose ser mariposa en ese aire,
pero ¿a qué huele la muñequita?
las nubes bajaron hasta sus brazos
y bailaron mantequilla mientras cantaron sin aire, sin aire.
Entonces un viento tan diferente
se acercó para quererla aquella mágica noche
y arropados ambos en una ilusión
fue muñeca de mantequilla
fue la niña que siempre había sido.
A Maribel Rodriguez, nunca dejes de sonreir.